Cuanto mas sencilla sea la variedad de alimentos que comamos, mejor será nuestra salud.
CUANTO MENOS SE PIENSE EN LO QUE SE VA A COMER Y MENOS SE PREOCUPE DE LO COMIDO, MEJOR SERÁ LA DIGESTIÓN.El ama de casa, o la persona que prepara los alimentos, debería saber el valor nutritivo de los alimentos que da a su familia y disponerlos de modo que tengan armonía desde el primer plato hasta los postres.
La mayoría de las frutas ácidas no combinan bien con un régimen a base de carne, ni con el rico en elementos nitrogenados, o aquel en el que predominan las féculas.
Los frutos y tubérculos que tienen almidón (fécula) y se sirven cocidos concuerdan perfectamente con las frutas y sus jugos.
Debemos evitar las frutas ácidas en las comidas fuertes.
La mayoría de las personas se sentirían mucho mejor de salud, si hicieran una comida diaria a base de frutas, con uno o dos alimentos ligeros.
Si se comen las frutas con las comidas fuertes, deben comerse al final y no al principio; los ácidos detienen la digestión del almidón en el estómago, contrarrestando la acción en la saliva.
La leche y el azúcar tomados juntos, son la causa de muchos desordenes digestivos, por aumentar enormemente el trabajo del hígado.
Los dulces toman tanto oxigeno de la sangre para su oxidación, que el hígado se sacia de ella, retardando por consiguiente la digestión de los demás alimentos y produciendo ataques biliosos, dolores de cabeza e indigestiones. La alimentación diaria a base de alimentos nitrogenados, como carnes, huevos, frijoles, lentejas y nueces, pronto sobrecargan las fuerzas de los órganos digestivos, produciendo como resultado:
- La lengua sucia
- Dolores de cabeza
- Dolencias
- y otros muchos síntomas de un sistema de alimentación desordenado.
El instinto que guiaba a las generaciones anteriores en la elección de los alimentos, se pierde lentamente con el progreso de la civilización y cede su lugar a los conocimientos adquiridos por la experiencia.
La sencillez en el régimen y en la combinación del alimento diario, hace menos difícil la vida, deja mas tiempo para otras ocupaciones, evita la enfermedad, fomenta la salud, purifica los sentimientos humanos y facilita al individuo el prestar a la comunidad en que vive, un servicio mas aceptable, suministrando mas músculo, energía, pensamiento y acción.
Las naranjas, uvas, peras, sandía, melón, higos, plátanos y dátiles son incompatibles con las frutas oleaginosas: aceitunas, avellanas, almendras, cocos, cacahuate, nueces, piñones y mantequilla.
Muchas personas creen que las frutas les hacen mal; la verdad es que no saben combinar alimentos, por eso no les hace bien.
La carne, ya sea de aves, animales, pescado o mariscos, es incompatible con la naranja, porque contiene álcalis, y todas las carnes contienen ácidos de las purinas, xantinas, leucomaínas, toxinas, etc.
Las carnes tienen vibraciones eléctricas y las naranjas, magnéticas, es decir que en la misma comida, en el mismo instante de la transformación quilífera, no pueden el estómago e intestinos, digerir a las 2 y se produce la fermentación e intoxicación.
La naranja con nata, yemas de huevo, pan integral, higos o dátiles es una combinación muy nutritiva y sana. La naranja no corta la leche, al contrario la purifica.
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