Así, se cree que los compuestos del jengibre estimulan la producción de los jugos gástricos, fortalecen los músculos intestinales e incrementan las contracciones musculares en el estómago, lo que ayuda a que los alimentos se muevan por el organismo con mayor facilidad. Esto no sólo reduce las molestias asociadas a la indigestión, sino que también favorece la mejor absorción de nutrientes y eliminación de desechos del organismo, lo que evita el aumento de peso.
Finalmente, dos componentes presentes en el jengibre, el gingerol y el shogaol, mejoran el metabolismo, al estimular el incremento en el gasto de energía y la oxidación de las grasas. Así, al igual que durante el ejercicio, el consumo de jengibre incrementa el calor corporal y quema calorías, lo que facilita y acelera la pérdida de peso.
Consumir jengibre, ya sea en té o en cualquier otra presentación, es una manera muy saludable de mantenerse sano y perder peso. Como con todo alimento y remedio natural, es necesario tener cuidado al momento de consumirlo: el jengibre no es recomendado durante los procesos de gestación y lactancia, ni para personas con problemas de coagulación sanguínea.
Pero si quieres perder peso, incorporar esta raíz a tu dieta – y mantener una rutina regular de ejercicios – pueden lograr resultados asombrosos.
Mejor con Salud