La celebración del Mundial de fútbol en Brasil será responsable de la emisión de 1,4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), que es una de las principales causas del efecto invernadero, según cálculos oficiales.
Estas emisiones de gases tóxicos provendrán del elevado número de aviones y automóviles en circulación, el aumento del gasto energético y otros factores diversos.
Sin embrago, según explicó en rueda de prensa la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira todas esas emisiones ya han sido compensadas en el mercado de créditos de carbono, un mecanismo previsto en el Protocolo de Kioto para minimizar las causas del efecto invernadero o calentamiento global.
Mediante ese mecanismo, los países industrializados o empresas financian proyectos para reducir las emisiones contaminantes en los países más pobres, a cambio de créditos que aplican para cumplir sus propios objetivos medioambientales.
La cifra dada a conocer por las autoridades brasileñas contrasta con los 2,72 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono que la FIFA definió como el costo ambiental del evento. resultado que además no incluyó las obras en estadios e infraestructura, ni los millones de televisores que serán encendidos para seguir día a día cada uno de los partidos.
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