El extracto de hoja de olivo es un potente antimicrobiano que, junto con el aceite de orégano, se utiliza a menudo como una primera línea de tratamiento para Cándida. También es eficaz contra muchas infecciones bacterianas y virales.
Uno de los compuestos principales de hoja de olivo, una sustancia llamada oleuropeína, ha atraído la atención de los científicos desde principios de 1900.
Un iridoides por definición, la oleuropeína exhibe actividad antibacteriana, antiviral y antifúngico, y es útil para la lucha contra diversos tipos de infecciones internas. Oleuropeína también parece aumentar la producción del cuerpo de thermogenin, una sustancia que ayuda a quemar grasa más eficientemente.
En los primeros estudios, la oleuropeína demostró propiedades que bajan la presión. Estudios llevados a cabo en Milán han demostrado que este compuesto es un potente antioxidante, la inhibición de la oxidación de los lípidos en la sangre, y la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular.
De hecho, la actividad antioxidante de hoja de olivo es más alta que la del té verde. Un cuerpo significativo de la ciencia muestra que los compuestos antioxidantes derivados de plantas proporcionan beneficios para la salud profundas, y ayudan a reducir el riesgo de muchas enfermedades crónicas y degenerativas.
La hoja de olivo es una fuente especialmente buena de los compuestos anti-cáncer de apigenina y luteolina, y es una fuente de la cinconina agente antipalúdico. Y oleuropeína también ha demostrado la capacidad de protección contra el cáncer de mama.
El extracto de hoja de olivo también actúa como un anti-inflamatorio. Al igual que la oxidación, la inflamación es un factor clave en las enfermedades crónicas y degenerativas. Los estudios en animales sugieren, además, que el extracto de hoja de olivo puede proteger contra el daño a los nervios, y pueden ser de valor en los casos de accidente cerebrovascular.